Una tercera parte de los niños en edad escolar fracasa, es decir,
no consiguen aprobar los cursos, no logran alcanzar las metas asignadas para su
nivel de edad,
Suele aseverarse que el niño tiene problemas de lectura y
comprensión , que es lento a la hora de captar el lenguaje oral
, que le falta concentración ,
que su nivel de atención es inconstante e insuficiente ,
que no está conectado en tiempo real a lo que sucede, que
no es maduro para entender lo que pasa a su alrededor,
que no es capaz de mantener una postura adecuada , que es desordenado
, “ vago ”
... Pero nunca se explica
la causa de esos comportamientos
Hoy se puede comprobar científicamente que
en muchos de esos niños las funciones
cerebrales que debieran ser capaces de realizar con cada uno de sus órganos
sensores no están neurologicamente
maduras, por lo que algunas o todas de las funciones musculares complejas
no están bien desarrolladas como los movimientos oculo-motores, el
desplazamiento, la manualidad o la función ventilatoria asociada al lenguaje.
Está constatado que en
muchos casos los niños presentan unas mínimas disfunciones debido a que el
sistema nervioso central no se ha desarrollado plenamente. Disfunciones ligeras,
eso sí, pero que si no son corregidas pueden conducir al niño al fracaso
escolar.
Son formas de percibir por el cerebro las
cosas de manera ligeramente diferente a como son en realidad y como las capta sus órganos sensoriales, por lo que no son entendidas correctamente.
Es algo que sume al niño en una evidente confusión y de ahí su lentitud,
sus desorganizadas respuestas y el tremendo esfuerzo que le supone comprender
las cosas. Así que lo que hace es ir abandonando las tareas que le requieren
mayor esfuerzo y desgaste, de todo aquello que precisa de la participación de
varios sentidos y de una coordinación muscular compleja.
En esas circunstancias al
niño –o incluso adulto- no le gusta leer por el esfuerzo que le supone y lo
infructuoso del resultado con lo que las actividades escolares que requieran de
esta tarea se verán afectadas y el retraso se incrementará aun cuando vaya
desarrollando sistemas compensatorios, “muletas” que maquillan su incapacidad.
Es posible lograr
esa Re-estimulación del cerebro a través de los sentidos sobre todo: vista,
oído y tacto
Es algo tan simple como
restaurar el ritmo y la organización neurológica que, por una razón u otra, se
vio afectada en un momento determinado del desarrollo del niño durante su
crecimiento.
El
tratamiento se acompaña de terapias de estimulación del cerebro en las áreas
afectadas. Son ejercicios muy simples
con los que se logra una estimulación frecuente de baja intensidad. Es
decir, es un tratamiento causal y no meramente sintomático
Carlos Gardeta Oliveros
Institutos FAY
Institutos FAY
Me ha encantado esta entrada. Además estoy aprendiendo mucho del enlace de Aprender a aprender. Arancha
ResponderEliminarGracias. De eso se trata de comprender lo que les sucede y de ayudarles a aprender.
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